
Eran niños cuando ya se conocían, llevaban años casados y aunque vivían de una manera muy humilde, eran tan felices de tenerse el uno al otro..
Ella pasaba los días hilando en la rueca delante de la puerta de su modesta casita, para ayudar con unas monedas al sustento de su hogar. Todo aquel que pasaba por delante de ella se quedaba prendado del hermoso pelo castaño con hebras de plata que caía sobre su espalda. Ella lo cuidaba y lo mimaba con esmero para conservarlo siempre bello. Era su bien más preciado y se sentía orgullosa de él.
Él vendía frutas y verduras en el mercadillo del pueblo, fumando en una vieja pipa de madera de Sandalo que le acompañaba siempre , era su compañera en esas largas horas de trabajo, lejano de su hogar y de su amada.
Se acercaba el aniversario de bodas y no contaban con ningún dinero extra para regalarse nada.
Ese era el día de su aniversario... Al recordarlo un escalofrío la recorrió la espalda pero feliz pensó en su hombre, le imaginó delante del puestecillo que tenia en el mercado, fumando con deleite su pipa con tabaco de sabor a jazmín y canela, como un gran comerciante. penso en su larga y admirada melena y penso en vender su pelo por unas cuantas monedas, estaba alegre ya que con ese dinero se dirigió a comprar el tabaco que tanto le gustaba a su marido.
Él tambien trabajando recordo el Aniversario; ¿qué podía hacer para regalar a su mujer en este dichoso día? Imaginaba su carita de sorpresa sonriendo al recibir una sorpresa inesperada y destapando nerviosa el regalo. Y su cara se lleno de gozo con este pensamiento.
Al caer la tarde ella le esperaba ansiosa... le vio venir por la vereda del camino dichoso, traía un paquete en sus manos preciosamente envuelto. Había vendido su querida pipa, para poder comprarle a su amada unos peines para su hermoso pelo.
Él vendía frutas y verduras en el mercadillo del pueblo, fumando en una vieja pipa de madera de Sandalo que le acompañaba siempre , era su compañera en esas largas horas de trabajo, lejano de su hogar y de su amada.
Se acercaba el aniversario de bodas y no contaban con ningún dinero extra para regalarse nada.
Ese era el día de su aniversario... Al recordarlo un escalofrío la recorrió la espalda pero feliz pensó en su hombre, le imaginó delante del puestecillo que tenia en el mercado, fumando con deleite su pipa con tabaco de sabor a jazmín y canela, como un gran comerciante. penso en su larga y admirada melena y penso en vender su pelo por unas cuantas monedas, estaba alegre ya que con ese dinero se dirigió a comprar el tabaco que tanto le gustaba a su marido.
Él tambien trabajando recordo el Aniversario; ¿qué podía hacer para regalar a su mujer en este dichoso día? Imaginaba su carita de sorpresa sonriendo al recibir una sorpresa inesperada y destapando nerviosa el regalo. Y su cara se lleno de gozo con este pensamiento.
Al caer la tarde ella le esperaba ansiosa... le vio venir por la vereda del camino dichoso, traía un paquete en sus manos preciosamente envuelto. Había vendido su querida pipa, para poder comprarle a su amada unos peines para su hermoso pelo.
Cuento de R.Tagore contado por las Musas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Susurros del Viento..