Llego presuntamente a casa y lo primero que sucede es que no me hallo en casa.
Me doy cuenta de que el viajar tiene una primera lección
y esta es que somos ciudadanos del mundo.
Me doy cuenta de que lo que pretendía sentir estando en casa era cierta protección,
cierta comodidad que le haga a una sentirse refugiada.
Pero al aterrizar comprendo que una vez se contempla el planeta,
Pero al aterrizar comprendo que una vez se contempla el planeta,
una vez que se ve lo que realmente significa "vivir" uno se siente protegido
y en casa en todo lugar.
Es pues ficticia y casi incoherente esa sensación
Es pues ficticia y casi incoherente esa sensación
y aunque suene duro y categorizante,
la semilla ingénua de las fronteras y de las diferencias.
El ser humano, como ser viviente, tiene una sola casa, la Tierra.
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