
En días de Primavera como hoy, me gusta despertarme con el Sol, disfrutar de las mañanas brillantes y frescas, embueltas en esa dulce energía que aun nos une al mundo de los sueños..Sera, tal vez, porque yo nací muy temprano, aun no eran las siete de la mañana o tal vez, es que mi inquieta mente y mi alma no paran en cuanto se despiertan, no al menos, sin una buena razón entre las sabanas..La primera vez que pasee por Els Brolls, alguien me dijo que en mis pupilas se reflejaba el brillo de aquel que se acaba de enamorar y algo así debió suceder porque me encanta volver cada vez que tengo un ratito para disfrutar de ese trocito de paraíso en el centro de la isla. La verde y fresca hierba crece entre los bancales delimitados por sus centenarias paredes de piedra, incombustibles al paso del tiempo, los naranjos y los limoneros salpican el paisaje de color y de olores de azahar cuando están en flor transportándote con su narcótico perfume, su espeso bosque de pinos cae desde su ladera protegiendo el valle por donde el agua corre entre las canalizaciones romanas sonando alegre entre las libélulas y las mariposas que bailan bajo un cielo azul salpicado de nubes blancas..Y casi te atreves a pedir que el tiempo se pare en ese instante, todo es lento..muy lento y suave, y te dejas llevar ...como la hierba que se deja acariciar por la juguetona brisa enredandose en mi pelo..como las amarillas margaritas y rojas, rojisimas amapolas abiertas al Sol de par en par ...como los pajaros que cantan con las ranas en una melódica orquesta.. si nofuera por los gallos que, de vez en cuando, sueltan un desafinado do de pecho que te hace reír..Es real...y parece imaginario..pero si, es real y cada vez que voy mi corazón da las gracias por que un día me enamore de el...
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Susurros del Viento..