Musa del viento...

Libre..como la brisa que vuela en la mañana..
Inquieta y soñadora... sensible...

Amante de la Luna.
Eterna enlazadora de mundos...

sábado

Sin aspiraciones...



No pretendo ser tu brújula ni que tú seas mi razón de ser.
No tengo intención de sublimar las renuncias,
ni la dependencia, ni las naranjas a la mitad.
No aspiro a ocupar lugares ni me gustaría dejar huecos.
No me cautiva la idea de arrendarle el centro de mi universo
a nadie ni la de tener que pagar puntualmente el alquiler de alguno.
No, claro que no me apetece que seamos uno; de hecho,
lo que de verdad necesito es que seamos dos.
Sería una decepción saber que el amor es lo mejor de tu vida

y una falsa aceptar que nada hay mejor en la mía.
Columbrar tu cara grabada en mi espejo, mi apellido en tu buzón.
Descubrir un día que en este tráfico de doble sentido
se han borrado las aduanas, se han empeñado las identidades o
se han extraviado las mayúsculas del Tú y del Yo.
Quiero verte y admirarte. Que me veas y me admires.

Yo completa en mí, tú culminado en ti.
Ser yo y estar contigo cuando quieras estar a mi lado.
Entregarnos el uno al otro sólo por un ratito, como en broma,
inocentes, picaruelos, sonrojados, casi para ver qué pasa.
Y contarte, y que me cuentes.
Y sentirte, y que me sientas.
Y saber que estás, y estar ahí;
sin pretender ser la estrella polar de todas tus noches,
ni como el sol... proveedor de todos tus días,
sino como un satélite juguetón que te encuentres en unas vueltas
para poder contemplarte en cada cita desde un ángulo nuevo,
y poder ofrecerte a un lado de tu cielo para que, cada vez que quieras,
puedas levantar la cabeza y encontráte reflejando tu propia luz.
Sé que hay noches, versos, paisajes, suspiros, melodías ...

que sólo llegaré a explorar a través de tu ventana, y tú de la mía.
También que hay noches, versos, paisajes, suspiros, melodías...
que no están detrás de ti ni de mí, y que, si quiero descubrirlos,
si quiero que los descubras...
Aprender a ser únicamente ventanas
y no tabiques en la vida del otro.
Pero déjame decirte, aunque sé que bien lo sabes,
que el corazón no se compartimenta,
que no contiene una cantidad limitada de amor que ha de repartirse
restando a uno la porcion que se le entrega a otro.
Que a los satélites les basta con saber
que hay un punto del firmamento
que siempre les pertenecerá exclusivamente a ellos
y que el Universo interior de cada uno es el regalo mas hermoso
del que se puede disfrutar.







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